Con este titular tan sencillo pero ilustrativo en portada del Suplemento de Redes&Telecom se resume claramente la oportunidad del Wifi.
Hace algunos años, un miembro del Comité de Dirección de mi empresa me preguntaba por qué no poner Wifi en lugar de cablear (como si el Wifi fuera gratis o más barato). Es cierto que todos los que nos movemos en el mudo de TI hemos utilizado Wifi en alguna ocasión y en la mayor parte de los casos sin incidencias destacables.Entonces porqué no utilizar la flexibilidad y rapidez de despliegue del Wifi, en lugar del engorroso y molesto cable, tanto en lo relativo a su instalación como en su administración y flexibilidad?
Siempre existirán razones a favor de uno y de otro y el famoso "depende de para qué se quiera" estará en el principio de cada respuesta a la citada pregunta. El debate es interesante y en aquel momento en que se me formulaba la pregunta, no había tantos smartphones como ahora, que nos permiten elevar nuestra flexibilidad hasta límites inimaginables.
Lo que tengo claro, es que una red cableada sigue siendo necesaria para aquellas aplicaciones más exigentes, en puestos de trabajo fijos y que una red Wifi aportará la flexibilidad que le falta al cable, para la conexión de dispositivos portables, donde se incluyen los smartphones y tabletas cada vez más presentes en nuestra vida diaria. Además el wifi también es el complemento perfecto para desviar el tráfico de los dispositivos móviles hacia las sobre explotadas redes 3G, y al contrario de lo que podría pensarse hace unos años, WIFI no compite con 3G sino que permite mejorar la sostenibilidad del espectro radioeléctrico para la demanda exponencial creciente de datos móviles. Permitiéndome una frase muy técnica podríamos decir que el Wifi es al 3G lo que el NAT ha sido para las redes IP.
Por tanto, cable y Wifi son complementarios y necesarios y lo seguirán siendo por mucho tiempo.
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