Te imaginas qué pasaría si al final de mes recibieras una factura de tu operador móvil con la siguiente información:
Número de minutos consumidos de voz y datos: 1563 unidades. Total factura 78,53 €.
El consumo diario durante el mes ha sido de: 2,6 €/diarios.
Cómo te quedarías? Probablemente es lo que miras de tu factura telefónica, pero por lo general, los operadores nos dan más información sobre nuestro consumo detallado: número de llamadas, duración de cada llamada, hora de llamada, precio de cada llamada, bytes transmitidos, etc. Es información que en algunos casos nos sirve para entender porqué hemos pagado determinada cantidad y cuales son nuestros hábitos de consumo.
Sin embargo, con la factura de la luz la única información que tenemos es que hemos consumido un determinado número de KW, que tenemos un concepto llamado potencia contratada (que vete a saber lo que es), que pagamos un alquiler por un equipo de medida y un impuesto raro además del IVA.
En relación a los términos de la factura, la potencia contratada sería algo así como el ancho de banda de nuestro ADSL, la velocidad o los "megas". Actualmente existen determinadas ofertas de ADSL con 2, 6, 10 o 20 Mb que tienen precios diferentes. Nuestro "ancho de banda eléctrico" es suficiente si cuando consumimos la energía en nuestra casa, negocio o empresa, no tenemos caídas del suministro porque salte el limitador ICP en el cuadro eléctrico. Pero también puede ocurrir que tengamos contratado un "ancho de banda eléctrico" que supera ampliamente nuestras necesidades y que por tanto estemos pagando un precio innecesariamente alto.
Sin embargo, no tenemos ni idea de cual es nuestro consumo de electricidad a lo largo del día o del mes y de si pagamos un precio distinto en determinadas horas. Esto que en telecomunicaciones parece impensable, en el caso de la energía es lo que tenemos asumido. Y es que las redes eléctricas, aunque han mejorado en algunos niveles de su jerarquía de arquitectura de red, se encuentran a nivel de consumidor en los años 70.
Tenemos asumido que las ahora comercializadoras del último recurso, nos pasen una factura mensual (hasta hace algunos meses bimensual) que para una familia media puede alcanzar los 50 € mensuales, sin tener ninguna información de detalle.
Este es uno de los problemas que solucionará el despliegue de inteligencia en la red bajo el concepto de Smart Grid. Para ello será necesario que nuestro suministrador, cambie en muchos casos nuestro contador de energía eléctrica y lo comunique con su central. De esta forma, por ejemplo, se evita facturar por consumos estimados o el hecho de que la factura unos meses incluya el consumo y otros no. También se evitará que la empresa suministradora tenga que realizar una lectura manual que requiere que una persona vaya físicamente a leer el contador.
Esto también facilitará que el usuario tenga información detallada de su consumo o que tenga un precio por la energía diferente en función de la franja horaria del día. Es sólo una de las puntas del iceberg de las posibilidades que Smart Grid permite en el ámbito del cliente al que hago referencia en mi anterior artículo y que está relacionado con el concepto AMI (Advanced Metering Infrastructure) dentro de dicho ámbito.
Enhorabuena por el post. Comentar que la smartgrid va a ser un avance muy grande pero para las compañias eléctricas no para el consumidor ya que toda la información que proporcionará el contador digital no es accesible al cliente. La única ventaja significativa es la facturación real.
ResponderEliminarPara poder conocer nuestro consumo en tiempo real y posibilitar así medidas de concienciación y ahorro, la mejor alternativa es la instalación de un smartmeter doméstico. En esta web explica y tienen algunos disponibles. www.smartmeter.es