Saliéndome ligeramente de la temática de mi blog, he decidido escribir esta entrada por lo que hice ayer y para que sirva de inspiración a aquellos que tengan problemas similares. Mi mujer tiene un Citroen C3 muy mono él que entre otros defectos tiene una pega con el cambio de lámparas: es casi imposible meter la mano para realizar la "sencilla" operación de cambio de lámpara.
El caso es que llevaba varias semanas con una luz fundida y como esta semana de Rodriguez me está tocando llevar el coche a mí, me decidí a cambiar la lámpara. Antes de nada miré por internet y vi en varios foros lo complicado que era y que para hacerlo había que armarse de paciencia y que había que hacerlo al tacto ya que la vista no alcanza al lugar del faro.
Pues bien, abro el motor, desmonto algunas piezas de plástico para acceder a la bombilla y empiezo. Acordándome de la paciencia y el tacto, consigo soltar la primera patilla (qué bien pensé, no hay nada como buscar ayuda en la red). Después de unos minutos machacándome los dedos, empiezo a ponerme nervioso (haciendo caso omiso de lo que acababa de leer en los foros de la paciencia). Cojo la navaja, un destornillador, una llave y nada, como no caben en el poco espacio que hay no consigo nada.
Finalmente, se me ocurrió coger el iPhone para introducirlo en el hueco del faro y hacer esto:
Es cierto que el encuadre no es perfecto, pero en esta foto se aprecia la patilla que dejé suelta y la que me faltaba por soltar. Después de ver la foto, conseguí sacar la bombilla apretando la patilla que todavía no estaba suelta gracias a la foto del iPhone.
Pues bien, entro en la tienda, compro la bombilla y me pongo con la nueva. Como tenía la referencia de la foto anterior y las patillas, enseguida meto la primera patilla. Pero la segunda, nada de nada, sigo intentando pero no consigo nada.
Vuelvo a coger el iPhone y saco esto:
En esta foto, que ya ha mejorado sensiblemente en encuadre, como se puede ver había cruzado la patilla izquierda al lado derecho, por lo que ya podía estar yo tocando y tocando que sin esta foto todavía seguiría allí.
Bien, entonces volví a quitar la patilla izquierda, puse correctamente la derecha y cuando voy a meter la izquierda, nada de nada que no entra. Esta vez (a la tercera va la vencida), en lugar de machacarme el dedo vuelvo a coger el iPhone y saco esto:
Nuevamente el encuadre casi perfecto y como se puede observar perfectamente, los cables de alimentación del casquillo se interponían entre la patilla y su enclavamiento, con lo que saque el cable, metí la patilla y puse el casquillo. Finalmente para comprobar la correcta operación cogí el iPhone y saqué esto:
Como se puede ver todo, perfectamente colocado gracias a una herramienta poco común: el iPhone.
Conclusión: tu vista llegará más allá de donde imaginas si tienes un iPhone a mano.